4C es un sistema que consistentemente consigue la formación de carácter a través de la adquisición de nueve hábitos y la correspondiente supresión de dieciocho vicios: nueve por exceso, nueve por defecto. Al cambiar por buenos los malos hábitos se incide positivamente primero en el carácter del director y maestros, principales agentes de cambio; luego de los alumnos y de la comunidad escolar; para incidir finalmente en la cultura de la zona donde la escuela está enclavada y de la cual forma parte. Si bien es este el orden: 1) directores-maestros, 2) alumnos-escuela, 3) comunidad-población; el centro y el fin de la transformación es el niño y el joven a quien el maestro y el sistema educativo se deben.
La selección de tan solo nueve hábitos de entre las decenas existentes obedece a las siguientes razones:
- Estos nueve hábitos amplían la libertad personal y colectiva, condición indispensable para alcanzar metas individuales y de grupo.
- Los nueve hábitos permiten un rápido empoderamiento personal y colectivo e influyen más que otros hábitos en la formación de carácter y cultura.
- Abarcan los rasgos fundamentales del carácter emprendedor.
- Respetan y potencializan las capacidades y proyectos personales; locales y/o regionales, revalorizando la vocación individual y colectiva, dentro de un marco de valores y principios universales, atemporales, no religiosos.
- Fortalecen el aprecio de unos por otros, valorando las particularidades que enriquecen la cultura escolar, y el carácter de la comunidad.
- Fomentan el trabajo en equipo, las prácticas democráticas, la participación cívica.
- Destierra de raíz vicios como la hipocresía, la deshonestidad, los falsos ideales y los determinismos que nos privan de libertad.
Las nueve virtudes representan en la práctica el 80/20 para el ejercicio de una mayor libertad, empoderamiento personal y eficacia social. Son la esencia de todo espíritu emprendedor con conciencia social. A partir de estos nueve hábitos se facilita la integración del resto de las virtudes; fenómeno que no sucede con otras selecciones de virtudes.
4C es integral en tres sentidos:
- Abarca a la totalidad de las personas involucradas en la escuela: maestros, directores, personal técnico-pedagógico adscrito a la escuela, personal administrativo y personal de intendencia. Habilita y demanda subsidiariamente de todos.
- Reconoce que la escuela está inmersa en un entorno del cual forma parte. Es por tanto influenciable e influenciadora en lo cultural, social, económico y político de dicho entorno. Por ello 4C incorpora directamente a su formación vivencial (formación de carácter) a los padres de familia e indirectamente a distintos grupos y sectores.
- Fortalece todos los aspectos propio del ser humano. Trabaja con la mente, el cuerpo, las emociones, la imaginación, la voluntad, los valores y las muy particulares capacidades crativas de la persona; así como el aprecio por las diferencias, la socialización, y el trabajo en equipo. No mutila, no estandariza; por el contrario ayuda a formar seres humanos plenos, en contacto con sus aspiraciones más profundas, con su particular vocación personal y social.
4C opera con niños de preescolar hasta jóvenes que cursan sus estudios de preparatoria dejando hábitos para seguir desarrollándose toda la vida. No requiere cambios a la currícula escolar, ni aumento en las horas de clase. Es un marco que abarca todas las actividades y las vuelve más humanas, empodera al alumno y al docente, libera la capacidad transformadora y la vocación individual y colectiva.